Internet Society celebra el compromiso de Estados Unidos, la UE y el G7 de no aplicar el 6 de abril las sanciones contra Rusia a los servicios de telecomunicaciones que favorecen el acceso a Internet y el flujo de información.
La guerra actual en Ucrania ha dado pie a que los gobiernos, los proveedores de servicios y otras organizaciones contemplen cada vez más la posibilidad de aplicar sanciones y otras acciones que dañarían irreversiblemente al Internet global.
Como escribimos en una declaración reciente, nos preocupa que cualquiera de estas acciones pueda sentar un peligroso precedente que desemboque en una división de la red. En el peor de los casos, afectaría a todo el mundo, ya que socava los cimientos que unifican Internet.
Una red dividida convertiría décadas de esfuerzos de conectividad global en una serie de redes separadas que ya no funcionarían juntas a la «manera de Internet». Podrían utilizar los mismos nombres y protocolos que el Internet global, pero los gobiernos y las empresas se convertirían en guardianes de lo que la gente puede ver y hacer y a lo que puede acceder en estas redes.
Esto no solo restringiría el flujo de información en todo el mundo, sino que también tendría consecuencias devastadoras para el comercio internacional. Perderíamos el acceso a las innumerables oportunidades que nos ofrece Internet para colaborar, innovar y resolver retos en un entorno sin fronteras.
El compromiso de EE. UU., la UE y el G7 de permitir que las empresas sigan ofreciendo los servicios que favorecen el acceso a Internet en Rusia es un paso fundamental para proteger un Internet abierto, globalmente conectado, seguro y digno de confianza. A pesar de estos avances, las amenazas inminentes siguen acechando. Hay otros países que están contemplando la posibilidad de aplicar sanciones y otras acciones politizadas que podrían afectar involuntariamente a la infraestructura de Internet. Y a pesar de las recientes exenciones, hay empresas en Rusia que anuncian su marcha.
También sabemos que hay personas en todo el mundo a las que les preocupa que su país pueda ser un día el objetivo de futuras iniciativas para desconectar a la gente de Internet.
Debemos proteger Internet para que no sea un peón de la geopolítica en la guerra de Ucrania y en cualquier otra región. La vida de muchas personas de todo el mundo depende del acceso a Internet. Y como bien señala el compromiso conjunto de Estados Unidos, la UE y el G7, es especialmente importante apoyar las iniciativas humanitarias y el acceso a la información en tiempos de crisis.
Por ello, Internet Society anima a otros círculos políticos como, por ejemplo, el G20, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) a respaldar la política establecida por EE. UU., la UE y el G7. Los regímenes de sanciones deben eximir a los servicios necesarios para garantizar la libre circulación de la información y el acceso a Internet, tanto ahora como en el futuro.
También animamos a las empresas y organizaciones que apoyan la infraestructura de Internet a que eviten tomar decisiones que obstaculicen el servicio de Internet en los países por motivos políticos. Al igual que no dejaríamos que las sanciones negaran el acceso a productos esenciales como el agua, no podemos apoyar a la gente en tiempos de crisis socavando la seguridad y la confianza de Internet.
Todos tenemos la responsabilidad de proteger un Internet abierto, globalmente conectado, seguro y fiable. Es capital que todos nos levantemos y lo defendamos ahora más que nunca.
To learn more, read our Quick Analysis on The Impact of Efforts to Disconnect Russia from the Internet.
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