Jorge Elias Oliveira Farias es un granjero de una zona rural de Brasil. Pero hace poco ha añadido una aptitud más a su currículum: creador de contenido. Entusiasmado con la llegada de la banda ancha a su propiedad, ha creado su propio canal de YouTube, donde comparte su rutina de trabajo y ayuda a los demás enseñándoles a hacer las pequeñas tareas cotidianas necesarias para llevar una granja, como, por ejemplo, mantener al día las vacunas del ganado.
Su nuevo acceso a Internet fue posible gracias a un modelo de asociación que podría conectar a otras comunidades de Brasil, donde más de una cuarta parte de los hogares rurales no se puede conectar a Internet.
Hasta 2019, la mayoría de los habitantes de la comunidad rural de Jorge, Espírito Santinho, situada en el estado de Río de Janeiro no tenía conexión a Internet. Muchos de los brasileños que viven en zonas aisladas siguen sin poder conectarse a Internet.
En la última década, Brasil ha modernizado sus servicios públicos, invirtiendo para facilitar el acceso de sus ciudadanos a Internet, lo que, a su vez, les ahorra la molestia de esperar horas en persona para resolver asuntos que podrían hacerse desde casa en cuestión de minutos. La pandemia trajo aún más cambios, ya que aumentaron los índices de aprendizaje a distancia y educación por Internet. Con la pandemia llegó la esperanza de llegar a las personas que vivían fuera de las grandes ciudades y ofrecerles oportunidades sociales y económicas.
Sin embargo, con un acceso limitado a Internet, los habitantes de zonas rurales y aisladas aún no pueden aprovechar todas sus ventajas.
Espírito Santinho, una comunidad que tradicionalmente depende de la agricultura, fue una de las zonas abandonadas. Los residentes quedaban excluidos por los proveedores tradicionales de Internet, que daban prioridad a los residentes de la zona urbana.
Ahora, la comunidad defiende un modelo de conectividad del que pueden beneficiarse otras zonas rurales de Brasil, lo que, a su vez, mejora la vida de sus propios habitantes.
Todo empezó con una sencilla alianza.
Primeros pasos: una red comunitaria inalámbrica
Wagner da Silva Crespo, presidente de la asociación de vecinos AMORES de Espírito Santinho
Wagner da Silva Crespo se negaba a aceptar que sus vecinos estuvieran tan aislados del mundo. Licenciado en Ingeniería de Control de Automatización por el Instituto Federal Fluminense (IFF) y con experiencia de trabajo con el Instituto Bem-Estar Brasil (Instituto de Bienestar de Brasil o IBEBrasil) para crear dos redes comunitarias en comunidades cercanas, se convirtió en el visionario del éxito de Espírito Santinho.
“Nuestro objetivo es llevar las facilidades que tenemos en las ciudades a la gente que no tiene acceso a Internet, bien porque no llega la red, bien por dificultades económicas”, dice.
La creación de una asociación fue el primer paso fundamental para aunar experiencia técnica, conocimientos locales y financiación para hacer realidad este sueño. En 2019, Wagner, trabajando a través de AMORES (la asociación de vecinos que preside), se asoció con IFF e IBEBrasil para instalar una red comunitaria inalámbrica. Se les ocurrió una solución para conectar a la población local a Internet utilizando el espectro radioeléctrico, que llega a la comunidad a través de antenas instaladas en colinas y viviendas cercanas.
La IFF proporcionó el equipo, incluidos antenas y rúteres. IBEBrasil, dirigido por Marcelo Saldanha, de la filial brasileña de Internet Society, aportó su experiencia en movilización comunitaria para crear redes comunitarias. Ofrecieron formación y asistencia técnica inicial. Correspondió a AMORES movilizar a la comunidad para que fueran los administradores de la red, que se mantiene con una pequeña contribución mensual de cada usuario.
“Lo que nos motiva es venir a una comunidad como Espírito Santinho y ver que la gente se las arregla para instalarse su propia conexión. Esto empodera”, dice Saldanha.
Pero la conectividad por radio planteó problemas: la geografía de la región es una barrera natural para la expansión de la red y la buena calidad del servicio. Las colinas que rodean Espírito Santinho dificultaron la llegada de la señal a varios puntos de la zona central, donde se concentran las viviendas. Wagner y su equipo se dieron cuenta de que necesitaban cables de fibra óptica para resolver los problemas de recepción y calidad de la señal.
Ampliar alianzas para mejorar la conectividad
Para pasar de una conexión a Internet inalámbrica a una por fibra, AMORES necesitaba más recursos y una nueva alianza. Pidieron ayuda a Internet Society y no tardaron en tenerlo todo preparado para llevar la red comunitaria al siguiente nivel.
Seleccionaron un modelo parecido a lo que en Brasil se conoce como “redes neutrales”. Se trata de una fórmula en la que varios proveedores comparten una infraestructura de acceso a Internet. En el caso de Espírito Santinho, un pequeño proveedor local (Essa Internet, que ya prestaba el servicio comercial a algunos clientes de la región) se unió para ayudar a instalar el último kilómetro de fibra. Entonces, AMORES se encargó de conectar a la gente de la comunidad a la red. También asumierón los costes de mantenimiento y administración.
“Este modelo reduce los costes operativos de cada socio proveedor y ofrece ventajas al usuario de la red comunitaria, incluidas ventajas económicas”, dice Saldanha.
Dice que la red comunitaria está ofreciendo varias oportunidades a la gente de Espírito Santinho.
“Hoy tenemos políticas de gobierno digital en las que la mayoría de los servicios requieren acceso a Internet. Con una conectividad de calidad, la comunidad también se beneficia al tener acceso a la educación, al desarrollo de competencias, al desarrollo de actividades económicas por Internet y a muchas otras posibilidades”.
Las comunidades brasileñas llevan años recurriendo a este tipo de redes comunitarias para conectarse a Internet. Han adaptado la infraestructura y la tecnología a sus necesidades y condiciones geográficas, y las han utilizado para mantenerse a salvo en zonas de conflicto. Esta adaptabilidad es lo que hace de las redes comunitarias una solución prometedora para conectar a los habitantes de zonas rurales y remotas.
La mejora de la conectividad ya está repercutiendo en el negocio agrícola de Espírito Santinho. El agricultor y nuevo creador de contenidos Jorge Elias Oliveira Farias ve oportunidades y esperanza.
Wagner da Silva Crespo con Jorge Elias Oliveira en su granja
“Internet enseña muchas cosas que no sé. Es como hacer un curso o ir a la universidad. A mí Internet me viene muy bien”, dice.
Como no tenían conexión a Internet, sus dos hijas se fueron de Espírito Santinho para estudiar en la ciudad. Ahora que la región tiene acceso, sueña con su regreso.
Fomentar un Internet para todo el mundo
Marcelo Saldanha también tiene grandes sueños. Desde 2010, IBEBrasil ha abogado por incluir el acceso a Internet en la Constitución federal, lo que elevaría su estatus a derecho fundamental. Reforzaría redes comunitarias como la de Espírito Santinho. Es más, cuando el gobierno reconozca que las redes comunitarias son clave para conectar a todos los brasileños, estas soluciones caseras podrían ayudar a conectar a la última cuarta parte de las comunidades rurales.
El tipo de alianzas que llevaron Internet a Espírito Santinho son cruciales para ello, y podrían propiciar un nuevo nivel de desarrollo social y económico en Brasil.
“A pesar de las dificultades, lo que nos mueve es abrazar esta causa y construir el Internet que queríamos desde el principio: un Internet plural, donde todo el mundo pueda tener acceso a todos los contenidos, a todos los derechos. Es la democratización de las telecomunicaciones”, dice Saldanha.
Las comunidades de todo el mundo están conectando a los desconectados. Tú puedes ayudar.
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